Como sabes, una embarcación a motor no puede prescindir de un depósito y, a veces, incluso de una enfermera de barco para evitar sorpresas desagradables relacionadas con la escasez de combustible. Como elemento esencial, también necesita mantenimiento. La limpieza es la mejor manera de conseguirlo.
¿Con qué frecuencia?
No debes equivocarte, un tanque o un alimentador de barcos también hay que limpiarlo. No con tanta frecuencia como el casco, la cubierta u otras partes de la embarcación, pero este accesorio realmente lo necesita.
Así que debes saber que, tras dos o tres años de uso, ha llegado el momento de cambiar el aceite. Al menos si has comprado un barco nuevo. Lo cierto es que si has elegido un modelo de segunda mano, sería prudente dar prioridad a la fase de limpieza antes de poner en marcha el motor.
¿Cómo sabes cuándo hay que limpiar el depósito?
Entre dos y tres años de diferencia, la limpieza de la nodriza del barco o del depósito es ciertamente suficiente. Sin embargo, es posible que tengas que hacerlo antes, teniendo en cuenta que el tipo de embarcación y la frecuencia de uso desempeñan un papel importante.
Saber identificar las señales de alarma te ayudará mucho. Si miras el filtro de combustible, por ejemplo, lo más probable es que encuentres restos o agua pegados en el fondo de la cubeta. Esto es una señal de que algunos de estos elementos perturbadores probablemente se han abierto paso en el tanque.
Ni que decir tiene que, una vez en el depósito, estas impurezas no dejarán de circular hacia el motor, que sufrirá los impactos. Por lo general, esto se manifiesta con una disminución del rendimiento y con imperfecciones de ruido en el carburador (o inyector) y en el escape.
¿Cómo se limpia el depósito de un barco?
Es obvio que la limpieza del depósito de una embarcación o del tanque de combustible evita problemas en el sistema de combustible y reduce el riesgo de avería. Por tanto, el vaciado ya no es una opción cuando descubres impurezas y sobre todo agua en el fondo de la cubeta del filtro.
Empezando por un vaciado completo del combustible. Esto debería ser fácil con un alimentador o un depósito extraíble, ya que se puede dar la vuelta para vaciarlo completamente. Para un depósito fijo, se debe utilizar una aspiradora.
Una vez que se ha movido el combustible, es el momento de vaciarlo. Esto se hace a través de la escotilla de inspección, que debe limpiarse antes de abrirla, ya que la suciedad tiende a acumularse allí. Sólo entonces podrás desenroscarlo, aprovechando para quitar el tubo de alimentación de combustible.
Ahora que tienes acceso al interior del depósito, sólo tienes que limpiarlo. También en este caso es necesario el uso de una aspiradora.
Pero no sólo eso, también tendrás que pasar por la fase de frotado y secado utilizando una herramienta específica. En concreto, una microfibra absorbente y sin pelusas, para garantizar una mejor absorción y evitar que queden depósitos en el fondo del depósito. Ten en cuenta que necesitarás varias microfibras para ello. Después, sólo tienes que volver a colocar la escotilla y la manguera y ya está.